Afrontar las emociones: las más comunes son shock, negación, culpa, ansiedad, depresión, pérdida de control, rabia y soledad.
Gestionar la ansiedad de los 15 días de espera: programar actividades, no realizar comprobaciones ni ir al baño constantemente.
Compartir los sentimientos: no simular siempre valentía ni dar por hecho que los otros comprenden tus necesidades.
Mantener el control: conocer el propio cuerpo y saber cómo funciona.
Mantener la comunicación con la pareja: a veces, los sentimientos de uno de los dos no llegan al otro y la forma de gestionarlos es diferente.
Fijar los límites temporales y los detalles del tratamiento.
Decidir con quien se desea compartir el problema, o si se prefiere no hacerlo.
Disfrutar de la sexualidad cuando no haya indicaciones médicas.
Prepararse para los momentos difíciles: encuentros con embarazadas, conversaciones sobre bebés…
Decidir si se accede a la donación de óvulos/semen: una difícil decisión cuando es el único camino.
No estresarse con el paso del tiempo, recordar que se está en el camino para conseguirlo.
Buscar apoyo psicológico en caso de necesitarlo: si existen señales de alerta, como depresión o un cuadro de ansiedad.